viernes, 22 de enero de 2016

Yo paso de turno...

Cada uno es libre de obrar, y tiene como límite su propia conciencia.
Y aunque muchas son parecidas, no puedes confiar en encontrar otra conciencia igual. Lo que para unos está bien o es aceptable, para otros está fatal.
Tu conciencia será la que te diga "basta ya!"... entonces, cuando te desmarques, habrá quien te pretenda enrolar en las filas del mal. Es tan fácil demonizar!... Al que ya no te sigue la corriente, al que no acepta las reglas del juego que sabe le va a perjudicar, a quien no pretende ser uno más...
No se debe obligar a nadie a ir en contra de su conciencia y menos aún se debe minusvalorar. Cada cual tiene sus razones, la más poderosa de todas, su propia dignidad.

Todo el mundo tiene derecho a equivocarse y la obligación de rectificar.

Debemos cuidar la conciencia mas allá de la reputación, la conciencia es lo que somos, la reputación es lo que de uno piensan los demás.

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