domingo, 14 de febrero de 2016

Como agua de arroyo.

Si algo tiene la vida, es que no hay vuelta atrás.

Hace mucho, mucho tiempo, un corazón latía por una preciosa sonrisa, bueno, más por su dueña...que mujer más bella... mujer por no decir doncella. Para él no había nadie igual. Sus días pasaban con la esperanza de que llegase la hora de volver a verla, cosa que sucedía cada día, aunque no como el quisiera.
Entre juegos y risas, pero siempre en compañía, nunca se veían a solas.
Eran otros tiempos.
El reunió todas sus fuerzas para hablar con ella.
Y lo hizo.
Le dijo lo que sentía, lo que dentro de su corazón, su mirada movía.
Ella le dijo que lo intuía, pero que se lo quitara de la cabeza, que nunca le correspondería.

El sabía perfectamente cuales eran sus limitaciones, no era el chico más popular, de hecho pasaba desapercibido por no decir invisibilidad total. Aunque era gracioso y la hacía reir el que más, y era todo lo que se conoce por un galán, eso no bastaba, los ojos de ella apreciaban otras suertes de fortuna o cualidad...

¿Que otra cosa podía hacer él?
Hubo muchos cambios en poco tiempo y ella no tardó en encontrar, con quien compartir su intimidad.
Él por su parte hizo su vida, se sentía un feo patito entre bellas palomas a las cuales no se podía acercar, sin que echaran a volar.
Pero el sabía mejor que nadie lo que llevaba dentro, algo que nadie supo apreciar, nadie quiso ver, o nadie supo mirar...

La vida siguió su curso, y él encontró a alguien, que mucho antes de que comenzara a caminar, lo animó a soñar con que podía volar.
Y alzaron su vuelo juntos, y no sin dificultad alcanzaron hasta las ramas más altas del árbol de la felicidad. Y aunque a veces la fuerza del viento les hace zozobrar, siempre hay un "Te quiero" que los vuelve a aferrar.

Algunas veces se han cruzado los amigos de la juventud, se saludan cortésmente, dos besos y algún chiste, para él aún resulta fácil hacerla reir... pero siempre cuando se alejan cada uno en una dirección, en la mente de él surge una pregunta: ¿que pensará ahora de mi? Ahora que todo ha cambiado, que el feo pato ha cambiado su plumaje y posición... exactamente en proporción inversa a la de ella.

Él tiene una cosa muy clara y que le da tranquilidad, hizo lo que tenía que hacer, y en su día se lo hizo saber.

Ahora sabe que el agua no vuelve a mover la noria por segunda vez... y se conforma con haberla olvidado, aunque cada vez que se encuentra con ella, le encanta hacerla reir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario